Todas, absolutamente toooodassss las mujeres, sin importar si somos gordas o flacas, altas, bajitas, feas, bonitas, ricas, pobres, buenas, malas (y ya sueno a canción de Ana Belén), en fin TOOOODASSS las mujeres, hasta aquellas que lo niegan, que alegan que no, que son más inteligentes, menos superficiales y que jamás lo han sentido, tenemos una Top Model en el fondo.
Experta en pasarela, además, porque no es sino estar en el extremo de un corredor estrecho y tener la necesidad de recorrerlo en su totalidad para llegar a nuestro destino y la top model aflora con toda intensidad: hombros pa´tras, espalda muyyy recta, nalga pa´fuera, barriga pa´dentro, esa inclinación extraña en el rostro, la mirada fija y baja, pero no muy baja, sólo lo suficiente y las tetas (sorry a los que les duela la expresión vulgar) dirigidas al cielo (eso creemos, ¿no?). Una vez lista la indumentaria, empieza el caminado y el deseo incontrolable de que nos golpee el viento para que el pelo ondee como en comercial de agua mineral.
Y si la habilidad en pasarela no fuera suficiente, también somos las mejores para modelaje fotográfico y los ascensores están como testigos, al menos los ascensores que tienen espejo - o los cientos de superficies reflectivas con las que nos topamos todo el día, desde el carro recién lavado del vecino hasta los vidrios reflectivos de las oficinas modernas-... Y si no fuera así, entonces, ¿por qué saltamos y hacemos cara de yo no fui cuando la puerta del ascensor se abre por sorpresa y entra el ejecutivo del quinto o el mensajero de siempre?
Top model...¿por instinto?
¡Está por verse!
jueves, noviembre 29, 2007
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2 comentarios:
Nada más que decir: absolutamente de acuerdo.
¡Me hiciste reír! Jajaja...
Tienes toda la razón Vero, sobretodo con los espejos de los ascensores. Si no es a modelar como mínimo uno se mira ahí disimuladitamente para ver cómo quedó. De hecho en todas partes, hasta en las cucharas, en el reflejo del televisor...
¡Un abrazo!
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