miércoles, diciembre 19, 2007

EN EL SEMÁFORO

Y la niña, con voz lastimera, mirada de mártir -muy, muy, muy ensayada frente a su madre -, asomada en la ventana del carro, medio en cuclillas como si supiera que si la veía en ángulo picado ella parecería más pequeña aún, más indefensa, me pidió unas monedas para que su mamá pudiera comprarle una muñeca. Sí. Por fin una ocasión pa decir que "ajá, yo nací ayer, ¿no?" Cómo no que la mamá va a usar las monedas pa comprarle la muñeca y no pa llenar de pólvora el muñeco con el que la niña podría quemarse si no fuera porque demás que va a estar escondiéndose de la borrachera del papá que inevitablemente terminará golpeando a su mamá, quien a su vez la golpeará a ella, así que la dejará sin muñeca, cansada de tanto trabajar pidiendo plata pa la muñeca que nunca va a llegar y con golpes que no se quitarán ni cuando pasen los años ni cuando tenga su propio marido ni cuando sea su hija la que, Dios no quiera, pida plata en el semáforo pa que sea ella la que le compre la supuesta muñeca.

Y en esos pensamientos andaba perdida cuando llegó el niño con la caja de chiclets en su mano y empezó a buscar algo en el interior del carro, a escudriñarlo todo con una mirada más inquisidora que la de la madre de la niña que pedía pa poder que le regalaran su muñeca, y yo pensé: Ay Dios, por pensar tanta pendejada ahora me van a atracar, este niño está ahí mire que mire a ver que se lleva. Y yo miraba al niño. El niño me miraba. El niño miraba el carro. Yo miraba el carro, sin perder de vista al niño. El niño estiró la mano, atravesó la barrera de la ventana y yo dije: Ay juepú, aquí fue... ¿qué hago?. Entonces, el niño, con voz de niño, mirada de niño de verdad, no como la de la niña martir, me preguntó: ¿Tú de dónde pitas?

jueves, diciembre 13, 2007

LA ÚLTIMA CARTA - fragmento

Nunca fue la última. No hubo necesidad de que fuera.

lunes, diciembre 10, 2007

ME SIGUE OLIENDO A TI

"Si yo tuviera poderes no sería súper héroe, sino súper villano" Berrío

La frase del día


Y tenía una cara de villano, ¡que la vieran!

Mucho me temo que Sofia se haya vuelto actriz de porno...



... ¡bajo la lluvia y todo!


pd. Para volver a los teoremas de Germán, el sueño que tengo es directamente proporcional a la cantidad de trabajo que tengo por hacer.

ME HUELE A TI

¡Tan bueno cuando pasa eso!

martes, diciembre 04, 2007

La Navidad

Y le puse a Lina en su entrada al blog (Colombia: País de existencias. Lo encuentran en la columna derecha), lo más prepotente yo, que “lástima que la gente no escriba lo que a uno le gustaría leer... lástima que la gente no mira lo que uno quisiera que viera”, pero ahora que lo pienso la situación no genera ni cinco de lástima, porque los demás no tienen porqué ir construyéndonos el mundo a punta de ideas que son sólo nuestras.

Esa es MI tarea (pues, construirme mi mundo con mis ideas), así que voy a dedicarme un ratico a contarles que adoro la Navidad, en parte porque estoy reconciliada con mi yo-niña, porque la dejo que viva adentro, que sueñe y que juegue como lo hacía a los cinco, y en parte porque me dejo contagiar por la alegría de todos – alegría a la colombiana que tanta falta hace cuando uno vive afuera-, aunque esta se exprese con sancocho callejero, con chicharrón recién freído, con pólvora estruendosa, con bailes que terminan en pelea.

Adoro la Navidad porque huele distinto, un olor que recorre a toda velocidad el camino que une la nariz con el alma.

Adoro la Navidad porque es una época cargada de licencias, la licencia para ser Kitsch, la licencia para sonreír sin pretextos, para comer de todo, para querer y querer y querer, para llorar de la nostalgia, para volvernos niños, para oír música parrandera, para dar regalos, para recibirlos, para prender velitas y reunirnos en familia.

Yo, personalmente, necesito la Navidad así quede endeudada, la necesito para ser feliz. Y me da lástima, esta sí es de verdad, que para otros sea un mes más, un mes bulloso, grasiento, irrespetuoso y egoísta.

Y, pa' qué... ME ENCANTAN LAS LUCES POR TODAS PARTES!